Es la verdad. Todos tenemos cosas que deberíamos hacer pero no las hacemos. Sin embargo, es fácil criticar a los demás por su falta de iniciativa. Cuando el caso aplica para nosotros, es más fácil engañarnos con excusas, que aceptar que no lo hemos hecho por culpa nuestra. Sabemos que son temas importantes pero somos excelentes para posponerlos. A mí me pasa esto todo el tiempo con el ejercicio, el trabajo y hasta cumplir los propósitos que yo mismo me asigné. Pura procrastinación. Parece como si no existiera un verdadero «dolor» o motivación para hacerlo. Sin embargo, en las últimas semanas me he estado forzando y presionando lo suficiente para generar la cantidad de dolor y urgencia que necesito para hacerlo. Parece como si fuera masoquista pero los resultados han sido increíbles. En un par de semanas he logrado más de lo que no hice en años. Así es como lo estoy haciendo.
De dÓnde nace el dolor o LA necesidad PARA hacerlo?
Hay miles de casos de personas que con muy poca cantidad de recursos, tiempo, dinero y contactos lograron grandes hazañas. Yo creo que detrás de ese logro, no sólo hay una enorme cantidad de esfuerzo, sino también un «motor» interno dentro de la persona que la hacía sentir incómoda cada vez que se levantaba de la cama. Se convierte en una adicción por algo que nos duele todos los días y estamos dispuestos a hacer el esfuerzo adicional que se necesita para llevarlo a cabo.
Creo que el dolor de no cumplir algo empieza y se apaga constantemente. Es como una montaña rusa. Por eso es que el 99% de los propósitos que nos comprometemos cada fin de año no se llevan a cabo. No existe el suficiente nivel de dolor durante todo el año. Simplemente sentimos una «inyección» de urgencia al saber que somos un año más viejos y queremos hacer lo que siempre hemos querido. No hay una verdadera urgencia para llevarlo a cabo. Después de todo, podemos seguir en nuestra zona de confort y no va a pasar nada.
Recuerdo hace unos años en una conferencia organizada por la universidad, donde entrevistaban grandes emprendedores del país. Al final del evento, el rector siempre hacía la misma pregunta: «Qué le recomienda a estos nuevos empresarios?». La respuesta del invitado de aquella vez fue increíble (aunque no son sus palabras exactas, el mensaje es el mismo):
«No puedo darles una recomendación porque ustedes no han tenido que sentir hambre. Si yo no conseguía la suficiente cantidad de dinero cada día, mis hermanos y yo no teníamos con qué comer esa noche».
Este empresario era Mario Hernández. Dueño de una de las empresas más reconocidas de latinoamerica en marroquinería, con más de 500 empleados y 50 tiendas. Ahí realmente entendí la necesidad de sobrevivir y conseguir COMO FUERA lo que necesitaba cada día de la semana.
Excusas Vs. «No Es Mi Prioridad»
Las excusas son el mejor argumento para darnos una dosis de tranquilidad y engañarnos a nosotros mismos por nuestra falta de acción. Para mí, era más fácil culpar a un factor externo en vez de aceptar mi inactividad. Entre algunos, culpaba la falta de dinero, recursos, contactos, conocimiento, etc.
Un día, leí un artículo sobre este tema donde el autor mencionaba que debíamos aceptar que la verdadera razón para no llevar a cabo algo no era realmente la excusa que inventamos, sino que simplemente no era nuestra prioridad. AUCH! Al principio lo tomé como un consejo ofensivo. «Obviamente lo que quiero hacer es mi prioridad!» Sin embargo, al ver el historial de mis acciones me mostró la cruda verdad. Me dolió aceptarlo.
Ver mi calendario me hizo caer en cuenta dónde dedicaba mi tiempo. Ver mis extractos bancarios me mostró en qué estaba gastando mi dinero. Sin embargo, ninguno de estos dos estaba alineado a «mis prioridades». Literalmente estaba invirtiendo menos del 5% de mi tiempo y dinero en lo que debía hacer. Realmente lo que hacemos cada día y en lo que gastamos nuestro dinero se convierte en nuestra prioridad.
«MUÉSTRAME tu calendario y yo
te mostraré tus prioridades.»
– Vickie Austin
Así que, cómo estoy creándome a mí mismo la suficiente cantidad de dolor y urgencia para cumplir con lo que quiero hacer?
MÉTODO #1: Quemando los puentes.
Les ha pasado que tienen MUCHAS ganas de empezar algo pero al momento de tomar la decisión se retractan ya sea por miedo o una excusa?
Hace varios años, se inventaron en la Fuerza Armada el «Punto de No Retorno». La idea de esta estrategia consistía en quemar los puentes a medida que los soldados avanzaban. De esta manera, no había opción de retirarse o devolverse. La misión se llevaba a cabo hasta la muerte.
Con esta misma idea, decidí «quemar los puentes» al comprometerme en el presente para no fallar en el futuro. Es una de las herramientas que más me ha servido en todos los aspectos:
- Ejercicio: Inscribirme a una carrera, clases, alistar la ropa el día anterior, agendar una cita con un entrenador, etc.
- Negocios: Agendar demos, hacer llamadas, comprometerme con alguien, etc.
- Personal: Cada domingo, yo mismo me asigno 3 objetivos de la semana y se los comparto a mi amigo Juan Camilo, quien también hace lo mismo por su lado. El domingo siguiente, hablamos de los objetivos cumplidos. Saber que no podía darle una mala excusa me impulsaba a hacer lo que tenía que hacer cada semana. Llamamos este sistema «BroTrack» (es el mejor nombre que pude inventar en ese momento!).
Al anticipar todas estas actividades, me quedaba muy difícil retirarme o arrepentirme en el futuro y terminaba el día feliz por haberme forzado a hacerlo.
Con esta «técnica» he podido ejecutar lo que he planeado (pospuesto) durante años: jugar un torneo de tennis, participar en una carrera de 10 kilómetros, viajar con mis amigos, aumentar mi frecuencia semanal al gimnasio, subir el edificio más alto de Bogotá, aumentar mis ventas, crecer mi red profesional, realizar planes diferentes cada mes, entre otros.
Método #2: Cuenta regresiva.
Supongo que uno de los métodos más eficientes para tomar acción es con un timer o una cuenta regresiva hacia una fecha específica. Al tener un tiempo limitado, sentía que debía moverme más rápido. Veía cada segundo y minuto moverse. Por eso, instalé la aplicación «New Tab Page With Countdown Timer» para el navegador Chrome.
Esta simple aplicación me muestra el tiempo restante para un evento o una fecha límite. Decidí escoger una fecha para hacer un viaje y este mensaje me recordaba cada día comprar los tiquetes.
Se imaginan la cantidad de cosas que haríamos su tuviéramos un timer de la cantidad de vida que nos queda?
Método #3: Abandonarlo.
Sé que esto no es lo que uno espera leer en un artículo de auto superación o motivación. Sin embargo, en mi caso, me di permiso de abandonar ciertos objetivos. En ese momento, hubo dos resultados:
- Los objetivos que pensaba que tenía que hacer no los quería tanto como creía. No había una suficiente motivación constante para llevarlo a cabo, así «quemara sus puentes».
- Dos días después de abandonar mi meta, recordaba por qué la había iniciado y volvía a intentarlo. Estos eran los objetivos que realmente quería cumplir y me daba de nuevo energía para hacerlo de otra forma.
Creo que es importante darnos de vez en cuando permiso para «dejar ir» una meta y realmente analizar si el motivo principal es lo suficientemente importante como para dedicarle más tiempo. Después de todo, el tiempo es la moneda más valiosa y la que menos tenemos cada día.
Para terminar, es difícil ayudar a los que no les duele no hacerlo. Esto también aplica para nosotros mismos. No soy psicólogo y no sé si este fenómeno tiene un concepto definido. Creo que todo se resume al «por qué» lo estamos haciendo y si es lo suficientemente doloroso para intentarlo cada día. Sin embargo, me ha servido obligarme, presionarme o generar la suficiente cantidad de urgencia para llevar a cabo algo. Al final, quedo muy satisfecho de haberlo hecho. Desde mi punto de vista, lo veo como un sistema que me ayuda anticipar y guiar al «futuro yo».
“Los dos días más importantes de tu vida es el día en que naces y el día en que descubres tu por qué.”
– Mark Twain
Excelente, Pablo, me encanta tu nuevo Efecto E! Mil gracias por enseñarme a «quemar puentes», para obligarme a seguir adelante!
Hola Pablo. por medio de Poly supe de este nuevo blog. Te felicito! Me gustó mucho leer tu artículo y voy a «mirar mi calendario para ver mis prioridades». GRACIAS!