Después de tantos años, se sigue haciendo el ejercicio de dedicar decenas de semanas en crear un plan de negocio que funcionará como «guía». Estos escritos suelen ser de 200 páginas de las cuales 150 o más son basura o carreta. La verdad, es que los inversionistas no leen estos planes ya que el 99% de la veces este plan no sale acorde a lo pensado. El reto ahora es simplificarlo y acelerarlo.
Suposiciones y expectativas falsas.
Todo plan de negocio suele tener una tabla de proyecciones a 5 años que «comprueba» una mina de oro en esta nueva aventura. Todos sabemos que en Excel todo se ve bonito y es fácil cambiar las variables para convencernos de nuestra idea. Junto a esta tabla, lo decora todo un análisis teórico que se utiliza como argumento y soporte al increíble crecimiento que esperamos tener. Por lo contrario, necesitamos un sistema que sustente nuestras suposiciones con base a experimentos o experiencias reales.
Un inversionista busca tracción, no imaginación.
Un plan de negocio no convence ni atrae a los inversionistas. La tracción (cantidad de clientes, ingreso generado, costo por adquisición de cliente, métricas, etc) sí lo hace. Es por eso que se debe probar lo más rápido posible lo básico: el concepto del negocio. Al ser este comprobado en pequeña escala, el inversionista podrá tener la visión de expandir el negocio con ayuda de sus recursos y soporte.
Entonces, cómo hacer un plan de negocios en 10 minutos?
Recomiendo utilizar el sistema Lean Canvas. Esta tabla de una página, contiene los 9 bloques de un plan de negocios: Segmento de Clientes, El Problema, El Valor Agregado, La Solución, Los Canales, Las Fuentes de Ingreso, La Estructura de Costos, Las Principales Métricas, y La Ventaja. Pueden crear su Lean Canvas en 10 minutos de forma online y gratuita. Luego, comprueben bloque por bloque sus expectativas y suposiciones. Mientras más pronto, mejor.
Por último, debemos dejar el método antiguo y lento. Como dice el billonario Richard Branson: «Escucha más de lo que hablas». Hay que dejar de hacer más suposiciones y en cambio salir a la calle a comprobarlas. El reto de hoy no es hacer el producto o servicio planeado, sino que este sea necesitado en el mercado. Todo en papel y proyecciones se ve bonito y fantasioso, el mercado es lo real.