Todos los días vemos el típico artículo de emprendedores que tuvieron que ir en contra de muchas personas para llevar a cabo su visión. Estas son las emocionantes historias que nos inspiran a ejecutar nuestras propias ideas y construir una mente visionaria e imaginativa. Sin embargo, la realidad es que la gran mayoría de iniciativas no son exitosas. Cuál es ese balance entre ser ingenuo y creativo versus realista y tradicional?
«Un hombre con una idea nueva es un loco hasta que la idea triunfa.»
Error: Enamorarse y cegarse de la idea/negocio.
Por el otro lado, nuestro trabajo como emprendedores nos puede bloquear de la realidad. Hay veces donde no deseamos aceptar la cruda verdad de nuestras ideas después de muchas horas de esfuerzo y dinero invertido. Es una incertidumbre personal que puede enloquecer a cualquiera. Pensaremos frases como «A (nombre emprendedor famoso) también le pasó lo mismo y ahora es muy reconocido». Pero cuándo es ese momento de dejarlo todo? Es esta una de las preguntas más difíciles que hasta los mejores emprendedores no pueden contestar.
La Balanza.
En mi opinión, debe existir una balanza entre la ingenuidad y realidad. Las estadísticas confirman que la mayoría de los negocios no son exitosos, pero sin una «dosis de ingenuidad y esperanza» el hombre no hubiera creado los grandes inventos de hoy. Es una prueba bastante difícil para cualquier emprendedor y su decisión de continuar o abandonar sus sueños afectará enormemente su vida.
Algo de ayuda, los números.
Nunca he sido aficionado a los números. Sin embargo, estos son unos excelentes indicadores que no están sesgados en ningún aspecto sentimental. Las cifras no deben considerarse subjetivas y muestran la realidad del momento con un fuerte soporte cuantitativo. Recomiendo extraer algunos números de la idea o del negocio y obtener respuestas a preguntas como: Cuánto me produce? Para expandir, cuánto tiempo y dinero necesito invertir? Cuál ha sido la proporción esfuerzo vs. resultados?Establezcan metas claras con cifras y fechas precisas. Anoten sus decisiones previas a la fecha escogida en el caso de que sus métricas superen o no lo deseado, les ayudará para entonces.
Para terminar, el emprendedor lucha día tras día con este dilema. Es una incertidumbre y confusión permanentemente que nos exige tarde o temprano una decisión. Sea cual sea su decisión, no se arrepienten de ella. Aprendan, tomen un respiro profundo y avancen.